Nos encontramos en un momento clave en el que las decisiones a largo plazo condicionarán el modelo económico y social que regirá nuestro futuro. Es un momento decisivo en el que la construcción puede jugar un importante papel como palanca para la recuperación del empleo y la economía por su efecto tractor. La construcción activa rápidamente la economía y el empleo, no sólo directamente, sino en muchos sectores relacionados. Así que invertir en vivienda y obra pública e infraestructura pueden ser una buena vía para reactivar la economía, contando con la colaboración público-privada en la búsqueda del bien común.
¿Y qué pasa si introducimos en la ecuación criterios de sostenibilidad? A estas alturas todos somos conscientes de que si queremos una economía sostenible a largo plazo, los programas de recuperación tras la pandemia deben llevarse a cabo siguiendo criterios medioambientales y climáticos. Todos debemos orientarnos a crear infraestructuras más sostenibles que ayuden a reducir emisiones. Estimular las energías limpias, industrias verdes y otras infraestructuras sostenibles serán un buen aliciente para el empleo y para definir un nuevo modelo de crecimiento económico.
Una vez más, esta pandemia nos obliga a replantear muchas cosas, y nos recuerda que una gran crisis abre una gran oportunidad. Todos los que formamos parte de este sector podemos aprovechar para ser parte del cambio. Vamos a por ello. Seamos motor.
